R E A L L O V E

domingo, 15 de noviembre de 2009


Cuando sale del trabajo, Homero viene pensando
que al bajar del colectivo, esquivará unos autos,
cruzará la avenida, se meterá en el barrio,
pasará dando saludos y monedas a unos vagos.

Dobla en el primer pasillo y ve que va llegando,
y un ascensor angosto lo lleva a la puerta del rancho.
Dice que está muy cansado y encima hoy no pagaron
imposible bajarse de esta rutina y se pregunta¨¿hasta cuando?¨

Se hace dificil siendo obrero hacerte cargo del pan
de tu esposa, tus hijos, del alquiler y algo más.
Poco disfruta sus días pensando en cómo hará,
si en ese empleo no pagan y cada vez le piden más.

Qué injusticia que no se valore
eficacia y responsabilidad,
porque él hoy se mató pensando y es lo mismo que uno más, Homero está cansado, come y se quiere acostar, vuelve a amanecer y entre diario y mates se pregunta ¨¿cuánto más?¨.

Y es así, la vida de un obrero es así,
la vida en el barrio es así
y pocos son los que van a zafar.
Y es así, aprendemos ser felices así,
la vida del obrero es así
y pocos son los que van a zafar.

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